He observado en muchas ocasiones a mi alrededor y definitivamente me he dado cuenta de que el hombre es el ser mas miserable de esta tierra, no se si siempre ha sido así, pero por lo menos en esta época lo noto en todo lo que me rodea a diario.
Es increíble ver como los rostros de la gente muestran sin mucho esfuerzo decepción y mal humor. No importa si es la primera vez que los ves o si ya los has visto antes, sus rostros, miradas y actitudes siempre gritan lo mismo: “estoy en descontento con mi vida”. Si no me creen deténganse a observar por un rato algún lugar publico, como por ejemplo el mercado, la cola del banco, o el transporte publico (camionetica). La gente esta hundida en una dura rutina de decepciones y descontento tanto existenciales como emocionales que es imposible no notarlo cuando se te acercan.
Por ejemplo, en el lugar donde vivo existe una fuerte crisis económica, social y cultural que hace disparar el desempleo, la inseguridad y obviamente la pobreza a niveles indeseados. Si a todo esto le agregamos los típicos problemas emocionales y personales, que van desde anhelos frustrados, sueños rotos, relaciones de parejas y familiares, obtenemos una mezcla tan asfixiante que hace relucir tan claramente lo infeliz que estamos que se nos nota en la frente como si lo tuviéramos expuesto en un letrero. En el mundo de hoy en día vivir se ha convertido literalmente en sobrevivir, estamos en la selva de la sociedad moderna, donde de cualquier lugar y en cualquier momento podemos ser atacados, y es toda esta mezcla y sus consecuencias la causa de que tantos de nosotros se abra paso a lo que yo llamo "refugios existenciales" o sencillamente vicios.
Si somos observadores podremos notar que todas las personas tienen su vicio para escapar de la realidad, para calmar esa ansiedad que nos atormenta por dentro. Algunos estarán mas hundidos que otros, obviamente esto depende principalmente de la capacidad que tenga la persona para manejar las consecuencias que puedan surgir al interactuar con su entorno, y en segundo lugar, depende de que tan resistente sea la persona hacia las adversidades y malestares causados por un entorno dañino, pero lo cierto es que todos tenemos nuestro refugio existencial al que escapamos cunado la realidad nos agobia.
Por mencionar algunos casos, podemos hablar de aquel que cae en el alcoholismo, gracias a que mientras se esta en estado de intoxicación nuestro cerebro no coordina normalmente y las acciones y pensamientos surgen "despreocupadamente" como si no fueses tu el autor de las mismas, como si se tratara de una despreocupada realidad alterna, hecho que causa cierta libertad y tranquilidad momentánea. Están los que de igual forma caen en las drogas para "dormir" la mente y escapar de traumas y hechos que atormentan constantemente. Están los que sienten un gran remordimiento por alguna mala acción cometida, entonces recurren a la idea de que un ser todo poderoso y bipolarmente amoroso te ama independientemente si fuiste un adefesio humano, y así nace un potencial fanático religioso. Están los que necesitan pasar muchas horas ocupando la mente en la TV, en la computadora o en cualquier aparato que te aleje de tu presente o te lleve a una realidad alterna artificial. Están los que se refugian en el trabajo para mantener ocupado a los pensamientos. También están otros que necesitan atención y pleitesía de otros para poder sentirse útiles, están aquellos que necesitan de una pareja en quien refugiarse porque les aterra enfrentarse a la realidad solos. Están los que siempre necesitan uno o mas amantes (reales o imaginarios) para tener autoestima. Están los adictos a las apuestas, a la comida, a la estética, a la pornografía, a los vídeo juegos, cigarrillos, y así continua esta lista a la que básicamente podemos agregarle cualquier persona, animal o cosa y será valida para volverla un "refugio" para escapar.
Yo comparto la idea de que el 70% de todo vicio es mental, todo vicio tiene algo en común, y es que nos genera siempre una sensación de placer, una sensación de calma ante la impotencia, ante la ansiedad, a la cual nos apegamos al punto de no conseguir enfrentar o disfrutar de la vida sin ellos. Ser vicioso es ser cerrado a la vida, es limitar la inteligencia a esconderse en una sola cosa por temor a enfrentar, es ser monótono y contraproducente para si mismo, de manera que si dominamos ese 70% de apego mental, de ese refugio existencial, cualquier cosa nunca será un vicio, nunca será dañina, podremos disfrutar de las cosas mientras las tengamos, y si no están pues ya no están.
Son los vicios los que nos hacen cultivar miserias internas, nos hacen más miserables cada día, como si ya no fuese suficiente con este mundo que nos rodea, solo continuamos nuestra vida quejándonos, sobreviviendo y convirtiendo cualquier cosa en un refugio de vicio. Nos estamos perdiendo de la vida, y aunque en la vida existan tantos problemas con tantos matices: algunos están en nuestras manos, otros se nos escapan, no nos percatamos (o no queremos hacerlo) de que el primer paso para empezar a vivir de verdad es enfrentando la realidad y aceptándola tal y como es, junto al goce y al dolor que la conforman. Si no aceptamos que la vida tiene dolor, entonces nos apegaremos a lo que nos cause goce y lo volveremos un vicio, nos encontraremos buscando huir del dolor refugiándonos siempre en lo que nos de placer, estaremos viviendo como un fugitivo, realizando cada paso con miedo a que nos atrape la realidad y su dolor, y la vida es un todo, así como al día y la noche se complementan, así es la vida; así como no puede existir luz sin oscuridad, así es la vida; así como el nacimiento conlleva a la muerte, así es la vida, y hay que empezar a enfrentarla tal y como es para acabar con las mente miserable.
Autor:
Zaratustra
