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jueves, 21 de agosto de 2008

Poesía sin Nombre

Tú mujer divina, tienes la ternura de encender y extinguir en un solo instante de vida y muerte la llama que deja inerte todos mis sentidos, mis razones y mi mente.

Cuando tu dulce calor hace nacer y perecer esta llama todas las aves cantan en la más serena madrugada, todo el ruido de mi castillo queda en suspensión y el silencio amablemente da paso a los latidos que dispara mi corazón. Cuando el deseado toque de tu piel hace nacer y perecer esta llama, el mar se hace un lindo lugar donde descansar y mis deseos construyen un puente de emociones sobre la oscura pradera de mis demencias y mis razones. Un puente de colores y olores donde la vida y la muerte caminan tomados de la mano entonando mudas oraciones. Donde el ayer y el mañana van abrazados para convertirse en un ahora, donde mis anhelos transitan libres sin temor a la necesidad de desearte toda. Un puente donde mis sentimientos van sin temor a vestirse de vida y muerte, porque ellos van directos al calor que esta hermosa llama ofrece, para así volverse uno con ella y cuando por fin esta majestuosa unión ocurra, en un instante de luz y oscuridad, dejarse reposar a merced de tu voluntad, para que tus manos, tus labios y tu esencia de mujer la hagan crecer y la dejen perecer… para que la brillante luz de tus delicadas alas lentamente haga nacer y haga perecer mi llama.

Son tus perversos e inocente ojos los que desbordan la luz que mi oscura caja necesitaba. Son tus ojos quienes en un simple instante de atención iluminan mis puertas doradas, y hacen que mi alma se torne vulnerable ante tan cálida y seductora mirada, hipnotizarte mirada que hace de mi querer impulsivas tonadas y de mis latidos desesperadas llamaradas. Esta llama, mi llama, amanece con el aliento de tu voz y anochece al final de tus palabras, pues es tu cariño la chispa que hace arder y extinguir esta llama, quien hace nacer y hace morir esta maldita y a la vez tan bendita llama.

Es el aroma de tu irresistible piel y las curvas de tu delicada figura la tortura que da color a esta llama. Y es en tu lecho, abrasado al calor de tus sentimientos donde consigo lo que tantas almas ansían conseguir en todo momento. Es en el laberinto de tu personalidad donde esta mi mayor curiosidad, es el sabor de tus besos lo que paraliza todos mis sentidos y mis reflejos. Es tu sonrisa quien hace hermoso lo que este insensato improvisa, y es tu alegría quien transforma en cristales mi agonía… Pero también eres quien asesina esta llama, porque es tu ajeno corazón el veneno que cada día abrevan mi locura y mi razón , es tu ocupado corazón quien hiere y juega con mi herida cada vez que mi llama se niega a dejar la vida. Es la ausencia de tu llama lo que aumenta mi dolor y pinta de tristezas las paredes mi alma. Eres tú mi anhelado placer y mi doloroso querer, eres tu mi tono de alegría y mi muda poesía, eres la esperanza que no se debe esperar, eres la danza que este pobre marginado intenta y no consigue bailar…

¡Eres tu hermosa mujer amada! el ángel que con tan solo una caricia apasionada me brinda momentos finitos e infinitos de felicidad . Momentos que nacen y mueren sin saber si volverán. Por eso, dichoso mi ser, si vuelve a probar de estos momentos de luz y oscuridad, donde mi llama arde como el sol y crece hasta las estrellas, para luego fallecer tiernamente ante tu piel morena. Dichosa mi alma si vuelve a tocar el cariño que sobra de tu ajeno corazón, retazo de amor que al mio le bastan para hacer que esta vida cambie su opacado color. Pedazo de ternura que en persuasión me toma de la mano y me enseña a sentirte como una divina bendición. Brindándome gotas de tus mixtos sabores, que mis labios sienten como la vivencia mas fructuosa, la invisible presencia de una hermosa Diosa, de la que solo un desquiciado como aquel ignorante dueño de tu corazón y de tu querer, no se preocuparía ni se desvelaría por adorar y complacer.

Eres tú, mujer y Diosa mi calma y mi tormento, el vientre donde nace y la tumba donde perece lo que siento. Agridulces sentimientos que en completa sumisión, mi esclavo corazón siente como la mas dolorosa y a la vez tan luminosa llama de emoción.


Zaratustra Venezuela.

IMAGEN: http://joyasprestadas.blogspot.com/

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